RUTA DE LA MEMORIA

 

Cada 24 de marzo se conmemora el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas, establecido por la ONU en la Sesión Plena del 21 de diciembre de 2010.  Con dicho Día Internacional se rinde homenaje cada año a la memoria de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980. Monseñor Romero denunció activamente las violaciones de los derechos humanos de las personas más vulnerables de El Salvador.

Las violaciones a los DDHH tienen como complejidad el conocer las diversas verdades que circulan, pero que son parte de la Historia y la Memoria. Por verdades nos referimos a una verdad histórica, jurídica, mediática, de memoria, etc. Especialmente interesante es el debate sobre la memoria de los hechos traumáticos de la historia reciente de nuestro país. La transmisión de esos conocimientos, sobre todo a nivel educativo, plantea interrogantes sobre las relaciones existentes entre memoria e historia, interés por el rescate y recuperación de espacios de trauma. 

El conocimiento sobre estas verdades y el valor de la memoria, ayudados por el conocimiento profundo, permitirá tener una visión más auténtica, precisa y verdadera.

De esta forma, el patrimonio y la memoria histórica, poseen diferentes dimensiones, en cuanto a su valoración, sus atributos y su materialidad, expresados en cuanto son vestigios materiales de un contexto histórico, con rasgos definidos y establecidos, que proveen a la sociedad de un simbolismo profundo:

Los sitios de memoria son lugares que conmemoran hechos y a las personas que fueron víctimas de violaciones masivas, sistemáticas y generalizadas a sus derechos humanos. Son lugares donde ocurrieron asesinatos o ejecuciones extrajudiciales, procedimientos previos a la desaparición forzada de personas, donde se ejerció la tortura y la prisión política. Simbolizan, tanto para la sociedad como para los familiares, el recuerdo de esos hechos, definidos por un vínculo entre la evocación y la historia, dándole significado al lugar.

Su fuerza representacional reside en que son vestigios de un oscuro pasado, desperdigado por todo el mundo y correspondientes a diferentes contextos y procesos históricos. La fuerza de la memoria se recupera gracias a la acción e iniciativa de las víctimas, de sus familias o por organizaciones y agrupaciones de víctimas o familiares, con el propósito de reivindicar y hacerlas parte de la memoria colectiva.